Descripción
Temperatura media y alta
Mucha luz, fuera del sol directo
Suelo rico y suelto
Riego escaso
Hoja perenne
Flor: blanca, insignificante
Solo en el medio natural
Entre las plantas de interior más populares, las Dieffenbachia ocupan un lugar privilegiado por la gran belleza de sus hojas, generalmente de color verde esmeralda con manchas blancas en forma de tachas o dispuestas en llamativos patrones. Las difembaquias pertenecen a la familia de las Aráceas, como los filodendros, con los que comparten la función purificadora que ejercen en el ambiente (ver artículo). Las distintas especies del género, todas procedentes de las zonas tropicales de América Central y del Sur, no soportan temperaturas menores de 5° (USDA 11).
Hojas
Se trata de una vivaz de tipo subarbustivo, con un tronco rígido y grueso en la base. Los ejemplares pueden alcanzar el metro de altura, pero existen también cultivares compactos, ideales para tiestos pequeños. Las hojas son perennes, carnosas y grandes, ovaladas y acabadas en punta, con una nervadura central muy marcada y un largo pecíolo. El follaje surge en forma de ramo. Existen numerosos cultivares (ver recuadro).
Cultivo y cuidados
Necesita un lugar luminoso pero fuera del sol directo, que quema las hojas, y un sustrato rico, ligeramente ácido, suelto y con buen drenaje, de modo que el agua no se encharque. Desde la primavera al otoño el riego debe realizarse cada cinco a siete días; si el sustrato no se ha secado, mejor no regar, especialmente en invierno. Agradecerá las pulverizaciones frecuentes con agua libre de cal. Si el sustrato se mantiene fresco (apenas húmedo) y goza de cierta humedad ambiental y una temperatura templada, no se resecarán las puntas y bordes de las hojas. Precisa abono para plantas verdes dos veces al mes desde la primavera al otoño, y una vez al mes en invierno. En condiciones de sequedad y calor puede ser atacada por la araña roja; conviene revisar el envés de las hojas, sobre todo en verano. Cada dos primaveras conviene cambiarla de tiesto para renovarle el sustrato.
Precauciones
Todas las partes de las difembaquias son tóxicas, tanto para humanos como animales. La savia produce edema y ulceraciones en las mucosas y puede provocar daños en los ojos. Por tanto se deben manipular siempre con guantes y extremando las precauciones.